Literatura: La Casa Misteriosa

2do. Grado. I.E. Inca Garcilazo de la Vega, Llaylla – Satipo.

Cierto día, en una casa festejaban la navidad, todos estaban felices, y el padre como nunca estuvo feliz, decidió contar un cuento cuyo título era la Caja Misteriosa. Todos muy contentos escucharon el cuento que comenzó así:

Había una vez, un niño pobre, pero muy pobre que en navidad solía pasar hambre. Pero un día, un señor vino muy apresurado, parecía que alguien le seguía, el hombre tocó la puerta, el niño abrió y el señor le dio una caja grande, amarrada con cuerdas de oro y con un nudo que parecía difícil de desatar, y luego le dijo:

- Por nada del mundo abras esta caja, y no le des a otra persona. Te lo dejo encargado… se fue muy apresurado.

El niño metió la caja a su pobre casucha y muy curioso quiso abrirla, pero a la vez sentía temor.

Un día, pasado ya la navidad vino a visitarle su amiga Anita… ella era muy curiosa y cuando quería ver algo y no le decían lo que había en ella hacía todo lo posible para saberlo.

El niño la dejó entrar, y lo primero que vio Anita fue la caja, y muy curiosa preguntó: ¿Qué es eso?, ¿qué contiene esa caja? El niño le respondió:

Querida Anita, esta caja fue guardada aquí por un señor, ni yo sé que contiene, no lo abro porque el señor que lo guardó aquí me dijo que no lo abriera, ni lo diera a otra persona.

¡Qué tímido! - murmuró Anita, pero fue despertando su curiosidad y quiso abrir la caja. El niño fue un rato a la cocina a preparar un té, mientras eso Anita pensaba:

¿Podré abrir la caja y luego cerrarla tal como está?, llevada por su curiosidad fue hacia la caja y sin darse cuenta topó la cuerda y el nudo se desató, ¡qué curioso! - dijo Anita y con más razón quiso abrirla.

Entonces salió una voz de la caja que decía: - ¡abre la caja Anita, y te regalaré muchos juguetes! Apresurada destapó una de las tapas, fue entonces que toda la casa se oscureció y salieron muchos seres malvados con cuernos, una cola muy grande que enroscaba su cintura, inmediatamente el niño corrió hacia Anita y sin poder hacer nada, lloraron inconsolablemente.

Después de un rato, una voz muy dulce habló de la caja y dijo: - ¡Anita, abre la caja! ¿Quién eres? preguntó Anita. - Cuando abras la caja lo sabrás, respondió la dulce vocecita. - No, eso no, dijo el niño.

-No soy como esos monstruos que tienen aguijones en la cola, abre la caja Anita-, dijo nuevamente la dulce vocecita.

Anita y el niño abrieron la caja y salió un personaje muy sonriente, con dos alas que parecían el arco iris, con un vestido muy hermoso y unos cabellos finos.

- ¿Quién eres? - preguntaron los niños,

-Soy la alegría, y mi misión es hacer feliz a todo el mundo y atrapar a esos monstruos y encerrarlos de nuevo en una caja para que no salgan nunca y no hagan daño al mundo… Les doy las gracias por dejarme en libertad, luego besó la frente de los niños, y se borró toda la tristeza que había en sus corazones, y se fue.

Después de mucho tiempo, el mundo volvió a ser feliz y la alegría había cumplido su misión. Además, Anita y el niño cuando llegaron a ser adultos se casaron, tuvieron sus hijos y vivieron muy felices en una hermosa casa ubicada a las orillas de un río encantador de aguas cristalinas, rodeada de una maravillosa flora.